La terapia de grupo se está conviertiendo en una alternativa que tiene muchas bentajas que ofrecer, como el bajo coste, la interacción y el apoyo de los participantes. La mayoría de los problemas psicológicos surgen en la interacción con los otros, por eso, la mejor manera de superarlos es justamente creando relaciones sanas. El éxito de la terapia de grupo se debe al espacio abierto de escucha, sin juicio y de respeto que se crea en el grupo de terapia.
A veces, cuando pensamos en hacer terapia de grupo surge timidez y miedo a ser juzgados e incomprendidos por los demás. Esto cambia cuando al interactuar en el grupo nos damos cuenta de que los problemas que tenemos son compartidos por otros. Escuchar esto y ver las soluciones que otros proponen produce un sentimiento de pertenencia y comprensión hacia los demás.
En el grupo de terapia que proponemos, nadie está obligado a hablar y a su vez, cada persona tiene un espacio para ser escuchado. El aspecto más importante es la confidencialidad, cada persona se compromete a no hablar fuera del grupo de los demás. La tarea del terapeuta es hacer que la conversación en el grupo fluya, que todos puedan interactuar, que la conversación no sea superficial sino que se hable desde la propia experiencia. La temática que propone el terapeuta trata de aspectos de la existencia, de la regulación emocional o de los conflictos interpersonales, entre otros.